Ya sea en la ciudad, en la playa ó en la montaña, cuando se toma el sol la piel queda expuesta a una luz muy intensa. Es importantísimo protegerse para evitar quemaduras y prevenir el cáncer de piel.
Sin una protección adecuada, el resultado puede ser una quemadura que provoca desagradables síntomas, como ardor, sensación de calor y picor. La quemadura solar puede afectar a muchas áreas del cuerpo, e incluso, puede llegar a producir síntomas generales como fiebre, náuseas y problemas circulatorios. Sin embargo, las lesiones provocadas por el sol pueden evitarse de forma sencilla si la exposición al sol es segura y se siguen algunas recomendaciones básicas.
1- Elige la crema solar adecuada a tu piel
Usar crema solar es fundamental cuando uno se va a exponer al sol. Es muy importante elegir un factor de protección que sea adecuado y que se adapte al tipo de piel y a la intensidad de los rayos UVA. Especialmente, durante los primeros días del verano deben utilizarse productos con un factor de protección solar alto (25, 30, 35 o 50). Sin embargo, las cremas solo protegen del sol durante un tiempo limitado y deben contener un filtro adicional contra los rayos UVA, que son los que provocan daños a largo plazo, tales como el envejecimiento prematuro de la piel o cáncer de piel.
2- Evita tomar el sol al medio día
Mientras se practican actividades al aire libre como montar en bici, leer o pasear por la playa, es muy bueno tomar el sol. Sobre todo, si estas actividades se realizan por la mañana o por la tarde evitando así la exposición al sol durante las horas centrales del día (de 12 del medio día a 3 de la tarde).
Los niños menores de dos años no deben exponerse directamente a la luz del sol ni a la intensidad de los rayos UVA durante el día. Como regla general, se recomienda permanecer en la sombra cuando la luz del sol es muy fuerte, pero incluso así, es necesario tener cuidado. Aunque en la sombra la radiación es más débil, sigue existiendo riesgo de sufrir una quemadura. Por lo tanto, incluso a la sombra, es muy importante protegerse adecuadamente.
3- Protégete con antelación
Después de aplicar la loción, se debe esperar entre 20 y 30 minutos antes de tomar el sol. Esto es debido a que no todos los protectores actúan de inmediato y algunos tardan unos minutos en hacer efecto. Es importante asegurarse de echarse crema especialmente en las áreas más sensibles a la luz como el cuero cabelludo, la cara, las orejas, el cuello, la espalda, el pecho y el dorso del pie.
4- Sé generoso
Para llegar a la máxima protección debes poner 2 miligramos por cada centímetro cuadrado de piel. Lo que para un adulto medio (ni muy alto ni muy bajo) supondría 30 mililitros, un vaso de chupito o una pelota de golf.
No se trata de seguir esto a rajatabla pero sí actuar en consecuencia y no escatimar. En cuestión de cremas solares, hay que ser generoso.
5- Renúevala cada dos horas
Por mucho que hayas seguido las recomendaciones previas, te hayas puesto la crema en casa y la hayas renovado al llegar a la playa o piscina, no puedes olvidarte de la crema. "Hay estudios que señalan que en dos horas casi el 80 por ciento de la capacidad de barrera se ha perdido", explica Sánchez Viera.
Las cremas espesas deberíamos renovarlas cada dos horas pero las que son más livianas y ligeras o las que se presentan en spray deberíamos hacerlo con más frecuencia ya que se evaporan con más rapidez.
6- No te olvides del empeine, la planta del pie y el cuero cabelludo
Cuando se trata de protegernos del sol, hay zonas del cuerpo que se nos olvidan. En ese grupo está el empeine pero también las plantas de los pie. Aunque la piel de éstas, igual que pasa en las palmas de las manos, es más gruesa y filtra más por tener más cantidad de capas, no podemos olvidarnos de ellas. Cuando tengamos pensando echarnos una buena siesta tirados al sol, es recomendable protegerlas.
El cuero cabelludo es el otro gran olvidado. Tiene una protección natural que es el pelo, pero en las personas rubias, de pelo fino o con calvicie hace falta añadir un extra. El especialista aconseja recurrir a sombreros o gorros que eviten los rayos, pero si nos cuesta usarlos siempre podemos recurrir sprays protectores.
Lo que diferencia las protecciones solares es de DÓNDE sale esa protección. Las hay minerales y de aceite.
Nos protegen del sol igual, la diferencia es que unas son de procedencia orgánica (minerales) y otras de procedencia química (aceites, derivados de petroleo)
Hay protecciones para todos: especiales para bebes, para niños, adolescentes, para adultos, para la cara, para el cuerpo... En crema, en spray… Ven y elige la tuya!
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